¿Por qué mi hijo está siempre enfadado?
Como es lógico, el enfado es una señal de malestar emocional.
Pensemos que los niños no siempre saben expresar lo que sienten. Así que lo canalizan a través de conductas como es enfado, ira repentina, etc.
Sin embargo, cuando se trata de un enfado muy habitual y persistente, hemos de buscar otras causas, como pueden ser:
- Estrés en el colegio o en casa.
- Rechazo de sus amigos o cambios importantes en su vida (como una pérdida).
- Ansiedad no detectada, frustraciones o problemas en casa.
Hay que tener siempre presente que esos problemas de conducta más complejos pueden requerir de una visión como especialista. Es decir: como padres o madres podemos “notar” que se sale de la pauta habitual de nuestro hijo, pero nunca debemos asumir un diagnóstico sin esa evaluación profesional.
Entonces, ¿cuándo debería preocuparte el enfado?
Para mí, el primer signo a considerar es que el enfado es persistente y afecta a su vida diaria. También si se extiende a las relaciones familiares, o si vemos que lo manifiesta de forma intermitente (a veces sí, a veces no). Por ejemplo, si en casa pasa, pero en el colegio no.
Fuera de esa sensación de los padres, la presencia de episodios de ira explosiva son una clara señal. También que el niño se niegue a hablar, tenga problemas en el colegio o actitudes agresivas (hacia otros o hacia sí mismo).
Como psicóloga infantil puedo evaluar si existe un problema más profundo. Pensemos que la ansiedad, problemas de adaptación u otros trastornos requieren esa valoración. Normalmente, esta debe trabajarse con vosotros (los padres), también recogiendo información del colegio y otros contextos.
La terapia es un espacio para resolver el conflicto interno del niño
En el contexto de la terapia se da un espacio seguro donde tu hijo podrá aprender a identificar sus emociones. Sólo así podrá gestionarlas de una forma realmente positiva, que es lo importante.
Además, la terapia ayuda a los padres a entender mejor qué pasa, y así poder apoyar al niño en el proceso que está viviendo. Y si tenemos problemas de conducta, también os aportaré herramientas específicas para gestionarlos.
Si es el caso de tu hijo, te animo a ponerte en contacto. Hablaremos de las necesidades de tu hijo para evitar que esté siempre enfadado.