Rutinas para mejorar mi ansiedad: tres pilares fundamentales
Está claro que para tratar la ansiedad hay ciertas cosas que repetimos mucho, porque funcionan. Una de ellas es la atención plena, que es algo tan básico como dedicar unos minutos al día, por ejemplo, a practicar ejercicios de respiración. Lenta y consciente.
No se trata de hacer mindfulness para combatir la ansiedad. En realidad, eso supone un esfuerzo paradójico (porque lo hacemos para “escapar” del estado ansioso). Lo ideal es que esto se haga, sencillamente, por tener un estado basal de menor estrés. Y, gracias a eso, tener más recursos para gestionar los momentos de tensión psicológica.
También es positivo que aprendas a cuestionar los pensamientos automáticos, sobre todo negativos, que genera la ansiedad. Algo tan sencillo como no entrar a discutir con tu propia mente puede ayudarte mucho a tomar distancia. Por otra parte, el ejercicio es crucial, porque es una forma fantástica de liberar estrés. Si no quieres apuntarte al gimnasio no pasa nada: pero salir a dar un paseo y, en general, exponerse al sol a lo largo del día, son medidas positivas.
Hacer un pequeño diario de lo que te pasa te ayudará frente a la ansiedad
Por si acaso en algún momento necesitas acudir a terapia para la ansiedad, llevar un registro de pensamientos intrusivos, preocupaciones o ideas que causan malestar ayuda mucho a acelerar el análisis de partida de tu caso.
Además, es bueno tenerlo presente porque, así, podemos analizar mejor qué soluciones has intentado y no están funcionando. A menudo, sin darnos cuenta, podemos estar alimentando el proceso ansioso (por ejemplo, con conductas de reaseguración que cronifican el problema). Por eso, pararse un momento a valorarlo, especialmente en el contexto de la psicoterapia, ayuda mucho.
También queremos incidir en el esfuerzo por descansar más y mejor. Si no dormimos lo suficiente, es más difícil regular las emociones a lo largo del día. Te aconsejamos una ventana de descanso amplia pero, sobre todo, reducir las pantallas en lo posible, sobre todo hacia últimas horas del día. Sabemos que esto no siempre es fácil, pero sin un sueño profundo, es difícil que el cuerpo esté en condiciones para gestionar los picos de ansiedad.
Y recuerda, sobre todo, que no tienes que afrontar la ansiedad en soledad. Aunque pueda parecer extraño, la ansiedad es algo muy común, tratable y con un buen pronóstico si se interviene de forma correcta. Si quieres, puedes contactar con nosotras y te ayudaremos.