¿De dónde vienen los pensamientos negativos?
Es muy común que estos pensamientos estén relacionados con procesos de ansiedad, estrés u otros problemas, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Sin embargo, no hay que irse a causas graves: pueden aparecer porque no duermes bien o estás atravesando una etapa difícil.
Normalmente, estos son pensamientos normales en los que se proyecta un exceso de energía. Tenemos un montón de pensamientos al día, lo cual es natural. Sin embargo, es solo cuando alguno de ellos nos causa malestar y reaccionamos cuando tiene el potencial de convertirse en un pensamiento intrusivo.
Se le llama así porque, a partir de ahí, puede tener la capacidad de “asaltarnos” en cualquier momento. Aparece, es persistente y genera malestar. Precisamente por eso, la terapia individual te permite ver el origen de esos pensamientos y qué papel juegan en tu vida.
Así, en algunas ocasiones pueden surgir como respuestas automáticas a experiencias pasadas. También pueden verse potenciados por preocupaciones que no hemos afrontado, y que necesitan ser procesadas en consulta. La realidad es que la terapia te enseña a aceptarlos sin miedo. Gracias a esa posición más neutral, los pensamientos pierden fuerza y se van por sí solos. Por eso insisto en que el pronóstico es muy bueno. Pueden tratarse de forma eficaz.
Si quieres superar los pensamientos negativos, busca el apoyo adecuado
Cuando hablamos de procesos como ansiedad, que tienen los pensamientos negativos como contexto, su tratamiento es todavía más importante. Como digo, muchas veces aparecen de forma secundaria a otros procesos. Es decir: son un síntoma.
Para mí, la clave radica en tomar una posición de escuchar los pensamientos desde la neutralidad. Tenemos que evitar “enredarnos” en ellos, entrar a discutir o debatirlos. Porque eso sólo alimenta el problema, creando un círculo vicioso de malestar emocional.
Como es lógico, muchas veces se trata de procesos largos, en los que la persona lleva años lidiando con los pensamientos antes de consultar. Eso no quiere decir que sea algo grave, sino que simplemente no se le ha puesto la atención adecuada. Si no se hace nada, pueden persistir y causar gran malestar emocional.
Así que, si quieres romper la dinámica tóxica de los pensamientos intrusivos, ponte en contacto. Aprenderás a establecer un diálogo interno más ponderado, tranquilo y equilibrado. Evitaremos que discutas tanto con tus pensamientos, reduciendo la energía que pones en ellos. Y así, con el tiempo, tenderán a desaparecer más rápido de lo que muchas personas se imaginan.