Gestionar la ira de forma eficaz: por dónde empezar
En mi experiencia, lo mejor es analizar primero los factores desencadenantes.
Es decir: si sabes que hay situaciones que sí o sí provocan ataques de ira, habría que registrarlos, porque sabemos que son situaciones de riesgo para ti. La clave de la psicología es ver por qué se produce el estallido de enfado en ese contexto. Desde ahí, podrás desarrollar respuestas mejor ajustadas, de manera gradual.
Esto es importante, porque debemos tener expectativas realistas. Los cambios, tanto en terapia de adultos como en terapia infanto juvenil, no se producen de la noche a la mañana. Pero si identificamos cuáles son las situaciones de riesgo, será más fácil desarrollar respuestas que te sirvan en tu día a día.
Siguientes pasos para una ira que no te cause problemas
Como te decía, a menudo el estrés constante de nuestra vida puede explicar un problema de ira. No siempre es el caso, por lo que hay que valorar en consulta tus circunstancias.
Más allá de esto, está claro que una activación del sistema nervioso central. Y, para reducirla, hay estrategias que no te costarán nada más que tu tiempo y un poco de práctica:
- Identificar pensamientos negativos: esto es el primer paso. Está claro que en terapia podremos abordarlo de forma profesional, pero que te plantees cuáles son los pensamientos negativos que aparecen en torno a los ataques de ira te ayudará. ¿De dónde vienen? ¿Son reales o generalizaciones excesivas? ¿Te pasa con todo el mundo lo mismo, o solo algunas personas? Si “pones cara” a dichos pensamientos, es más fácil cuestionarlos y favorecer el cambio.
- Actividad física de cualquier tipo: vale, puedes apuntarte al gimnasio y hacer ejercicio de fuerza para reducir el cortisol. Pero algo tan sencillo como darte un paseo cada día, moverte y estar fuera, especialmente en entornos naturales, ayudará a bajar la activación general.
Por último, te diría que te tomes un instante para respirar. Los enfados duran, a nivel fisiológico, minutos. Así que si hay una explosión de ira y se te va de las manos, irte a otro espacio, estar solo y respirar, te ayudará. No es una solución, pero sí una forma de empezar a poner límites al problema.
Y si ves que pese a ello sigues teniendo problemas para gestionar la ira, te animo a consultar. He ayudado a muchas personas a tratar la ira en Barcelona, y estoy segura de que podré aportarte claves para avanzar en tu caso.