¿Cómo reconocer un trauma psicológico? Tipos y síntomas

¿Alguna vez te has preguntado si lo que viviste podría haber dejado una huella emocional más profunda de lo que crees? El trauma psicológico ocurre cuando atravesamos una experiencia que nos abruma emocionalmente, dejándonos con una sensación de miedo, impotencia o inseguridad. Este impacto puede surgir tras un único evento impactante o después de situaciones difíciles que se repiten con el tiempo.

Un trauma no siempre se presenta de la misma manera para todas las personas. ¿Sabías que dos personas pueden vivir el mismo evento y reaccionar de forma completamente distinta? Esto ocurre porque nuestras emociones, experiencias previas y el apoyo que recibimos influyen en cómo manejamos estas vivencias.

Si te identificas con lo que lees o tienes dudas, hablar con un profesional puede ayudarte a comprender mejor tus emociones. En Cristina Lázaro Psicología estamos aquí para acompañarte.

Tabla de Contenido

Ejemplos de traumas psicológicos comunes

Los eventos que pueden provocar un trauma psicológico son variados y dependen de cómo cada persona los interpreta. Algunos ejemplos incluyen:

  • Accidentes graves: choques automovilísticos, caídas o lesiones severas.
  • Violencia física o emocional: abuso, agresiones o bullying.
  • Catástrofes naturales: terremotos, inundaciones o incendios.
  • Pérdidas significativas: la muerte de un ser querido, una separación abrupta o cambios radicales en la vida.
  • Traumas en la infancia: abandono, maltrato físico o emocional, negligencia o crecer en un entorno de constante inseguridad.

Por ejemplo, una persona que sufrió bullying en la infancia puede evitar ciertas situaciones sociales en la adultez porque esos recuerdos siguen afectándola. Si reconoces alguna de estas experiencias en tu vida, darles atención es el primer paso hacia la recuperación.

Síntomas del Trauma Psicológico: ¿Te sientes emocionalmente diferente desde que ocurrió?

El trauma puede dejar una marca profunda en nuestras emociones. Muchas personas experimentan:

  • Sentimientos de miedo, culpa o vergüenza que parecen no desaparecer.
  • Cambios drásticos en el estado de ánimo, como irritabilidad o tristeza persistente.
  • Una sensación de que las emociones son incontrolables o nunca mejorarán.
  • Recuerdos dolorosos de experiencias vividas en la infancia, como abandono o maltrato emocional.

Por ejemplo, podrías sentir tristeza al ver una película que antes disfrutabas porque te recuerda momentos felices que ahora parecen inalcanzables. Estas emociones no son una debilidad, sino una respuesta natural a lo que viviste.

¿Te cuesta controlar lo que piensas después del evento?

Las experiencias traumáticas pueden invadir nuestros pensamientos de formas inesperadas, como:

  • Recuerdos intrusivos que aparecen sin previo aviso, incluso de eventos de la infancia.
  • Dificultad para concentrarte o tomar decisiones en tu día a día.
  • Pensamientos negativos persistentes, como «esto fue mi culpa» o «no puedo confiar en nadie».
  • Creencias limitantes que se formaron tras experiencias difíciles en la niñez, como «no soy suficiente» o «nadie me protegerá».

Imagina que estás trabajando, pero de repente un recuerdo intrusivo te distrae por completo. Esta sensación puede ser agotadora, pero entenderla es el primer paso para enfrentarte a ella.

¿Evitas situaciones o personas desde lo ocurrido?

Cambiar tus hábitos para evitar recuerdos del trauma es una reacción común. Podrías notar:

  • Evitar ciertos lugares, personas o actividades que te recuerden lo vivido.
  • Aislarte socialmente por miedo o desconfianza hacia los demás.
  • Buscar refugio en hábitos poco saludables, como comer en exceso, consumir alcohol o tomar decisiones impulsivas.
  • Negarte a hablar sobre eventos de la infancia o evitar fotos, objetos o lugares asociados con esos recuerdos.

Por ejemplo, alguien que vivió violencia emocional en su niñez podría evitar relaciones cercanas por temor a ser lastimado nuevamente. Reconocer estos patrones es clave para empezar a sanarlos.

¿Sientes dolores o cansancio que no puedes explicar?

Tu cuerpo también responde al trauma, incluso si no eres consciente de ello. Podrías estar experimentando:

  • Problemas para dormir, como insomnio o pesadillas frecuentes, especialmente relacionadas con recuerdos de la niñez.
  • Dolores físicos persistentes, como cefaleas o molestias digestivas sin causa aparente.
  • Sobresaltos fáciles y sensación constante de cansancio.
  • Tensión muscular o dolores en el cuerpo que podrían estar conectados con emociones reprimidas desde la infancia.

Tu cuerpo es un reflejo de tus emociones. Por ejemplo, un dolor persistente en la espalda puede estar vinculado a la carga emocional que llevas. Escuchar las señales de tu cuerpo es esencial para entender y abordar el trauma.

Factores que influyen en el impacto del trauma

¿Por qué algunas personas parecen sobrellevar situaciones traumáticas más fácilmente que otras? La forma en que experimentamos el trauma depende de varios factores:

  • Naturaleza del evento: Situaciones prolongadas o inesperadas tienden a dejar marcas más profundas.
  • Apoyo social: Contar con personas cercanas que escuchen y brinden empatía puede hacer una gran diferencia. Por ejemplo, un amigo que te escuche sin juzgar puede aliviar tu carga emocional.
  • Experiencias previas: Alguien que vivió una pérdida en la infancia podría ser más vulnerable ante una separación en la adultez.
  • Recursos personales: Características como la resiliencia y el optimismo facilitan el proceso de recuperación.

Entender estos factores puede ayudarte a identificar las áreas en las que necesitas más apoyo o atención.

¿Cómo manejar el trauma psicológico?

Superar el trauma puede parecer un desafío abrumador, pero hay pasos prácticos que pueden ayudarte:

  1. Habla con alguien en quien confíes: un amigo, familiar o profesional puede ofrecerte el espacio para compartir lo que sientes.
  2. Dedica tiempo a actividades que te brinden calma: prueba meditación, escucha música o da paseos al aire libre.
  3. Escribe en un cuaderno cómo te sientes: expresarlo en papel puede aligerar tus emociones.
  4. Busca ayuda profesional: la terapia psicológica, especialmente la cognitivo-conductual, es efectiva para tratar el trauma.

Pequeños pasos, como tomar 5 minutos para respirar profundamente, pueden marcar la diferencia. Si sientes que necesitas apoyo, no dudes en buscarlo.

Conclusión

El trauma psicológico puede ser una experiencia difícil, pero no estás solo. Reconocer lo que sientes y buscar ayuda es un acto de valentía. En la consulta de Cristina Lázaro Psicología, en Barcelona, podemos ayudarte a explorar tus emociones y construir herramientas para superar estas vivencias.

Si sientes que necesitas apoyo, no dudes en dar el primer paso y contactar. Juntos, podemos ayudarte a recuperar tu bienestar emocional.

Invitación al cambio

Entiendo que dar el primer paso para buscar ayuda puede ser intimidante. Pero recuerda que estás tomando una decisión valiente y empoderadora para tu bienestar. Como psicóloga, estoy aquí para apoyarte, escucharte y trabajar contigo en cada paso del camino hacia una vida más tranquila y equilibrada. No estás solo en esto. Reserva tu cita conmigo y juntos encontraremos el camino hacia tu bienestar.

Cristina Lazaro Psicología
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